En el año 2000 el ELN propuso el Magdalena Medio como zona de despeje. Los paramilitares generaron un movimiento contra el despeje, apoyados por algunos organismos y funcionarios del Estado. Para esto realizaron movilizaciones en las que obligaban a que dos miembros de cada familia de la comunidad participaran. Esto ocurrió en Yondó, Cantagallo, San Pablo, Puerto Wilches y Barrancabermeja. Luego, en el mes de junio, los paramilitares decretaron un paro de tres días, el cual llamaron movilización en contra del despeje, y empezaron a ir casa por casa haciendo censo, diciendo cuántas personas por familia tenían que concentrarse en los parques todo el día a protestar (de 6 a.m. a 6 p.m.).
Los paramilitares llegaron a las distintas Casas de la Mujer para que prestáramos la batería de cocina (las ollas, entre otros utensilios), pues iban a preparar almuerzos comunitarios en el parque. Las mujeres nos negamos. En cambio, pusimos las sedes a disposición de quienes hacían parte del proceso de la OFP. Las casas entonces se convirtieron en refugio de paso y resistencia durante los tres días, una manera de decir que no estábamos de acuerdo ni queríamos irnos al parque. Llegamos a tener más de 150 personas alojadas en el día en varias de las sedes.
A partir de estos hechos, la coordinadora de la OFP del municipio de Puerto Wilches fue amenazada, declarada objetivo militar y tuvo que salir con toda su familia hacia Barrancabermeja como desplazada.